Aprender a negociar
Visión estratégica, agilidad , carisma… ¿Qué necesitas para el éxito?
Se suele decir que tal o cual persona tiene un talento innato para los negocios, pero tal vez sea sólo una verdad a medias. La capacidad negociadora tiene muchas caras, y las competencias individuales no son más que una de ellas.
Salir bien parado de una negociación tiene que ver en gran medida con aspectos personales como la creatividad, el carisma o el aplomo, pero estos factores no son los únicos. A negociar también se aprende. Cada vez es más importante saber en qué terreno nos movemos, cuál es el alcance de nuestras propuestas y en qué medida podemos o debemos modificarlas. La flexibilidad siempre es más eficaz que la dureza.
Desarrollar la capacidad de adaptarnos a los cambios puede convertir lo que inicialmente son problemas en ventajas. Sólo hay que saber cómo darle la vuelta a la tortilla y aprovechar lo que nos viene dado para sacerle partido.
Algo tan simple como mejorar nuestra actitud de escucha puede evitar el clásico malentendido y facilitar la consecución de nuestro objetivo. Comprender e interiorizar lo que dice nuestro interlocutor nos ayuda a conocerlo, y no es nuevo que conocimiento es poder.
¿Aluna vez has pensado que una negociación se parece mucho a una película? A fin de cuentas, hay personajes, planteamiento, nudo y desenlace. El secreto de las buenas películas es no descuidar ninguna de las tres partes. Y todas tienen algo en común: son apasionantes.