La formación práctica, en habilidades y comunicar la investigación, retos de la universidad española

Sofía Riesco

El 90% de los encuestados por el barómetro CYD opina que la inserción laboral debería ser la prioridad de la universidad.

¿Debe la universidad preparar exclusivamente para el mercado laboral? ¿Debería ser gratuita? ¿Pueden las empresas equiparar la formación que ofrecen a la universitaria? ¿Qué hace falta para atraer más estudiantes internacionales? ¿Debe la universidad adaptarse a las necesidades del mercado de trabajo?

Estas son algunas de las cuestiones que se han planteado en el debate organizado por la Fundación CYD con motivo de la publicación del Barómetro CYD: ¿qué opina la sociedad española de nuestras universidades?, en el que se pone de manifiesto la valoración de la sociedad sobre la calidad del sistema universitario.

En general, la universidad española goza de buena valoración entre la población encuestada: 8 de cada 10 tiene una opinión positiva de ella. Aunque precisamente el sector de los estudiantes universitarios, de los 18 a los 25 años, es el más crítico con ella, ya que un 30% de los jóvenes tiene una opinión regular o mala.

Además, la mitad de los encuestados cree que no hay un ajuste entre la demanda y el mercado laboral, y el 90% opina que la inserción laboral debería ser la prioridad de la universidad. Algo con lo que difiere la rectora de la Universidad del País Vasco, Eva Ferreira, que defiende que éste no debe ser el único objetivo de la universidad. “Hay que formarles para el mercado laboral actual pero también para el de dentro de 20 años, que no sabemos cuál va a ser", defiende.

Por su parte, Rosauro Varo, presidente de GAT Inversiones y vicepresidente de Movistar Plus+, añade la importancia de alineación entre lo que necesita la empresa y lo que ofrece la universidad, ya que normalmente no van en consonancia. Ve en la formación continua y en la capacitación dentro de la empresa una salida para dotar al mercado laboral de los profesionales que requiere.

· La importancia de las habilidades

La rectora de la UPV/EHU señala que el objetivo de la universidad es mejorar la sociedad a través del conocimiento, la formación la investigación y la transferencia, y por tanto dotar a las personas de dichos conocimientos, y también de las habilidades blandas, las llamadas soft skills.

Estas habilidades no se desarrollan tanto en España como en las universidades estadounidenses, como indica Antonio Iglesias, director general de Endeavor España e Ingeniero Industrial. Su experiencia en el MIT puso de manifiesto la buena formación recibida en la universidad española, pero descubrió la importancia que le dan allí al liderazgo o la negociación. Algo con lo que coincide Varo, quien añade que “la empresa mira más a la capacitación que a la formación universitaria".

Estas habilidades son muy valoradas en el mercado laboral, como ha experimentado Alba Lirón, titulada en Matemáticas y estudiante de un máster interuniversitario, que resalta la importancia que le dan las empresas a otras actividades desempeñadas dentro del ámbito universitario. Por ejemplo, ella ha ejercido de vocal del Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado, y echa en falta esa implicación del alumnado universitario más allá del ámbito teórico y académico.

· Comunicar la investigación a la sociedad

Ese desligamiento por parte del estudiantado con su universidad hace que vean su periodo formativo como un simple trámite para acceder al mercado laboral. Y sin embargo, esto no es todo lo que ofrece la universidad: la investigación que se realiza dentro de ella pocas veces llega a la sociedad. Comunicar estos avances es uno de los retos pendientes para que la universidad forme parte del debate público.

De hecho, la presencia de las universidades en los rankings internacionales se debe en gran parte a la investigación realizada dentro de ellas, así como los recursos que lo permiten, que no son igual en España que en Reino Unido, por ejemplo. Esto puede repercutir en las dificultades para atraer alumnos y profesores internacionales, a pesar de contar con uno de los idiomas más hablados. En este sentido, la universidad española tendría que saber ‘venderse mejor’ para mejorar su percepción y su atractivo internacional, atrayendo así al talento extranjero.

· La formación práctica, tarea pendiente

El 70% de los encuestados opina que la enseñanza universitaria es demasiado teórica y poco práctica. Lirón defiende dar valor a las prácticas "porque suponen una formación complementaria y aplicada, y ofrecen al estudiantado una experiencia en una empresa o entidad pública", aunque recalca la importancia de hacerlo de manera digna.

Varo, por su parte, señala otros modelos educativos en los que la empresa está más presente en la educación y participa más. Ejemplo de ello son los certificados de Google, que pretenden competir con los títulos universitarios y a los que habría que estar atento.

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