Las universidades donan material sanitario y fabrican nuevo con impresoras 3D
Viseras de protección, mascarillas o respiradores son algunos de los instrumentos que se pueden crear con estos equipamientos.
Las universidades españolas también están aportando su granito de arena para luchar contra la epidemia del coronavirus. Los centros universitarios han puesto a disposición de las autoridades sanitarias 275 laboratorios y más de 1.600 expertos en detección de COVID-19, y han ofrecido 1,7 millones de guantes, 73.000 mascarillas, 24.000 batas y 6.000 equipos de protección individual, así como diverso material fungible para contener la expansión de la pandemia.
En una carta remitida a los rectores y rectoras del Sistema Universitario Español para pedir su colaboración, el director de la CRUE subraya “el formidable potencial de las universidades", que están “preparadas para cumplir con su principal misión". Las instituciones académicas responden así al llamamiento del Gobierno y de las Comunidades Autónomas, pero no solo facilitando material sanitario, sino creándolo a través de impresoras 3D.
Un grupo de alumnos y profesores del grado en Arquitectura de la Universidad San Jorge está ayudando en la fabricación de piezas para crear material sanitario – en especial, pantallas de protección – utilizando las impresoras 3D del taller de fabricación digital de la USJ. Colaborando en la iniciativa Coronavirus makers, los arquitectos están creando las piezas necesarias para construir estos materiales de protección requeridos en centros hospitalarios para hacer frente al COVID-19.
La Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Almería se ha puesto manos a la obra en la fabricación de más material de protección. La UAL ha establecido un sistema para la fabricación 3D de otros equipos de protección, y ya ha entregado a los hospitales más de 700 viseras de protección.
La Universidad de Salamanca también fabrica material sanitario con impresoras 3D, y ya se han entregado 275 pantallas de protección al hospital, pero la producción total podría alcanzar las 800 unidades. La puesta en marcha de un equipamiento de corte por láser permitirá fabricar muchas unidades en un tiempo reducido. Unos dispositivos de los que también dispone la Universidad Jaume I, que ofrece las autoridades competentes impresoras 3D para la fabricación de respiradores y equipación para la realización de tests para el diagnóstico del coronavirus.
A su vez, la UNED fabrica mascarillas con impresoras 3D en su sede de Barbastro (Huesca) que están siendo repartidas por los hospitales y centros de salud de la zona. “No hemos dudado en colaborar en este momento de emergencia, en la medida de nuestras posibilidades, con la iniciativa de un grupo de empresarios de Huesca. Tenemos una impresora 3D que adquirimos hace cuatro meses para impartir un curso sobre impresión 3D, ahora estamos fabricando mascarillas para los centros sanitarios de Huesca" ha asegurado Carlos Gómez Mur, director del centro.
El Área UR-Maker de la Universidad de La Rioja se ha unido al foro de Ayuda Innovadora a la Respiración (AIRE), una iniciativa ciudadana para la fabricación de respiradores y otros materiales útiles para hacer frente a la expansión del coronavirus. Estudiantes y profesores colaboran mediante la puesta en común de conocimientos y la impresión de piezas en 3D. La idea es que puedan realizarse con materiales fáciles de conseguir, incluso reutilizando otros dispositivos similares, y compartir sus instrucciones de fabricación en código abierto (accesibles a todo el mundo, sin patentes ni otros derechos de propiedad).
La Universidad Pontificia de Salamanca ha puesto en marcha una iniciativa mediante la cual profesores y alumnos de la Facultad de Informática están fabricando pantallas de protección para los sanitarios con impresoras 3D, y están a la espera de que validen el modelo de respirador para comenzar a fabricar piezas.
El departamento de Delineación e Impresión 3D de la Facultad de Físicas de la Universidad Complutense de Madrid está fabricando gafas de protección con impresoras 3D algo diferentes a las que ya hay en el mercado, ya que las creadas por la UCM llevan piezas articuladas que permiten levantar la visera sin necesidad de quitárselas. Según José Luis Corral Pumarega, técnico responsable del proyecto, "estamos en condiciones de poder imprimir una visera completa en 3 horas, lo que significa que en un corto periodo de tiempo se podrá abastecer en cantidades suficientes".
La Universidad de Mondragon está fabricando viseras médicas mediante impresoras 3D industriales, y aspiran conseguir una media de 700 viseras a la semana. La universidad prevé aumentar su capacidad de producción en cuanto establezca las pautas de actuación y seguridad para asegurar el funcionamiento de las otras impresoras 3D que posee.