Lo que tu currículum no puede decir sobre ti
¿Sabes quién eres? ¡Cuéntaselo!
¿De verdad tienes un nivel de inglés medio-alto? ¿Tienes dos años de experiencia en ese campo o sólo uno? Hay quien asume que “maquillar" el currículum es habitual, algo que el entrevistador da por sentado. Sin embargo, las medias verdades pueden resultar contraproducentes. Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, y quizá con un par de preguntas el candidato quede fuera de juego. Pero la cosa puede ir más allá. ¿Qué ocurre cuando se logra acceder a un puesto que nos queda grande (¡o pequeño!)? En general, frustración tanto por parte del empleado como de la empresa y un entuerto difícil de arreglar.
El currículum es nuestra tarjeta de visita, la presentación esquemática de nuestra vida laboral, pero no la única referencia para un profesional de los recursos humanos. Aunque la formación académica es muy relevante, cada vez se da más peso a otros aspectos del perfil del candidato: motivación, seguridad en sí mismo, experiencia de vida, talento creativo, capacidad para trabajar en equipo, asertividad…
Todos esos rasgos son, precisamente, los que no puede expresar nuestro currículum. El tan ansiado cara a cara de la entrevista personal es un nuevo papel en blanco que corresponde rellenar al candidato. Aprovecha para aclarar, matizar y desarrollar el contenido de esos dos folios que el entrevistador tiene en la mano. La entrevista no es una amenaza, sino una buena oportunidad para mostrar quién eres.
Como en el resto de los ámbitos de la vida, una persona equilibrada suele tener muchas papeletas para triunfar. Un alto conocimiento teórico o técnico sin iniciativa, empatía o pragmatismo puede, sencillamente, quedar en nada.
Descubre cuáles son tus habilidades personales al margen de lo académico y date a conocer. Decía Oscar Wilde, no sin razón, que ser natural es la más difícil de las poses, pero vale la pena mostrarse con honestidad.
No necesitas ser otra persona. Quizá sea a ti a quien están buscando.