Los 6 errores más comunes en una entrevista de trabajo
¿Qué debes evitar en el cara a cara con un responsable de RRHH?
Has preparado a conciencia tu currículum, lo has promocionado entre tus amigos, conocidos, familiares; te has quebrado la sesera redactando tu carta de presentación, has creado un perfil en las redes profesionales más relevantes y colgado tus datos en las principales webs de empleo. Por fin, una llamada interesante: has conseguido una entrevista personal. ¿Lo vas a estropear por un patinazo que puedes evitar?
Te contamos las mejores maneras de horrorizar a un entrevistador:
1) Ser impuntual. Ya. En esta vida nuestra pueden surgir mil imprevistos que te hagan llegar tarde, pero ¿a una entrevista de trabajo? ¡Jamás! Llegar con tranquilidad te ayudará a controlar los nervios, y acudir a la cita cinco minutos antes dará muy buena impresión.
2) Ser arrogante. ¿Crees que hablar mal de tu anterior empresa te ayudará? Bienvenido al mundo real: nadie quiere una persona negativa en la mesa de al lado. Aunque tenga motivos para serlo.
3) Tomarse demasiadas confianzas. ¡Ojo! Que el entrevistador sea amable no quiere decir que sea tu amigo. Te está evaluando, ¿recuerdas?
4) Mentir. Una cosa es evitar hablar de aquella tremenda metedura de pata, y otra inventarse el currículum. Quien reconoce sus limitaciones suele estar muy seguro de sus capacidades.
5) No saber dónde estás. ¿No te has informado lo suficiente sobre la empresa? ¿Tan poco te interes el puesto? Empápate de todo lo que encuentres en la Red o te puedan contar e interésate por aspectos concretos de la organización.
6) Pensar antes de tiempo que la entrevista ha acabado. Ya hemos dicho que el entrevistador no es un amigo, es alguien que necesita sacar conclusiones sobre ti en un mínimo período de tiempo. ¿Crees pasará por alto algún detalle? Deja el clásico suspiro de alivio y el mensaje a tu amigo para cuando hayas salido a la calle.
Perder una oportunidad porque nuestra experiencia o nuestras capacidades no están a la altura de lo exigido no es un fracaso, es lo razonable. Perder un trabajo que nos interesa por no saber comportarse en la entrevista de trabajo es una verdadera pena.