¿Qué es el Design Thinking y para qué sirve?

Sofía Riesco

Es una metodología que pone el foco sobre las necesidades del usuario y que aporta soluciones innovadoras.

Las empresas y organizaciones buscan constantemente formas innovadoras de resolver problemas y satisfacer las necesidades de sus clientes. En este contexto entra en juego el design thinking, una metodología que sirve para dar solución de manera creativa y colaborativa a distintos problemas. Tiene su origen en el diseño, pero su enfoque se ha extendido a otras áreas debido a su eficacia.

Es muy útil cuando se necesitan generar soluciones que requieren una comprensión profunda de las necesidades de las personas involucradas, fomentando además la empatía y la experimentación. ¿Cómo se puede aprender a utilizarla en distintos ámbitos? Lo vemos a continuación.

1. ¿Qué es y para qué sirve el Design Thinking?

El Design Thinking, o Pensamiento de Diseño, es una metodología centrada en el ser humano que busca resolver problemas de forma creativa e innovadora. Se basa en la idea de que la mejor manera de entender las necesidades de un usuario es poniéndose en su lugar. A través de un proceso iterativo, el Design Thinking permite desarrollar soluciones que no solo sean funcionales, sino también significativas para las personas.

¿Para qué sirve el Design Thinking? Una de sus ventajas es que fomenta la innovación, ya que impulsa la creación de productos, servicios y experiencias únicas centrándose en las necesidades del usuario. También mejora la resolución de problemas y permite abordar desafíos complejos de manera creativa y efectiva. Además, fomenta el trabajo en equipo y la diversidad de perspectivas, ayudando así a comprender mejor las necesidades y deseos de los demás.

2. ¿Dónde se puede aplicar el Design Thinking?

El Design Thinking se puede aplicar a una gran variedad de sectores, comenzando por el diseño, desarrollando productos, experiencias de marca o interfaces de usuario; en marketing, con la creación de campañas publicitarias o estrategias de branding; y también en los negocios, desarrollando nuevos modelos, mejorando los procesos o fomentando la innovación empresarial.

En tecnología se puede recurrir al Design Thinking para el desarrollo de software o aplicaciones móviles, o para crear experiencias digitales. Incluso en salud se puede aplicar para diseñar servicios, mejorar la experiencia del paciente o desarrollar productos médicos. También se puede utilizar en educación para diseñar programas educativos y herramientas pedagógicas, o mejorar la experiencia del estudiante.

3. ¿Dónde y quién puede aprender Design Thinking?

Cualquier profesional que desee desarrollar habilidades creativas, innovadoras y centradas en el usuario puede formarse en Design Thinking y aplicarlo en comunicación, marketing o negocios. En este sentido, pueden aprender design thinking los diseñadores gráficos, los periodistas y redactores, los community managers, los analistas de mercado, especialistas en marketing, consultores, emprendedores o gerentes.

Una opción es estudiar un máster en Design Thinking, donde se aprenden los principios básicos, las técnicas de investigación o prototipado, se analizan casos reales y se conocen herramientas para desarrollarlo. Además, se potencian habilidades como el trabajo en equipo, la comunicación, la creatividad o la resolución de problemas, muy demandadas actualmente por las empresas.

En Mastermania puedes solicitar información de varios másteres en Design Thinking:

· Máster de Formación Permanente en Design Thinking y Transformación en Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid
· Máster en Marketing Digital, Transformación y Design Thinking de EU Business School
· Máster en Design Thinking & Diseño UX/UI de Barreira Arte + Diseño
· Máster en Design Thinking y Desarrollo de Producto de OBS Business School
· Máster en Creatividad y Design Leadership de ELISAVA
· Master in Design Management (Gestión del diseño) del Istituto Europeo di Design - IED

4. ¿Cuáles son las cinco etapas del Design Thinking?

El proceso del Design Thinking se divide en cinco etapas:

1. Empatizar: comprender en profundidad las necesidades del usuario a través de la observación y la interacción directa. Esta etapa se centra en la recopilación de información cualitativa que ayuda a construir una comprensión de los problemas desde la perspectiva del usuario.

2. Definir: sintetizar la información recopilada para identificar los principales problemas y crear una declaración clara y orientada al usuario. Esta definición precisa del problema es crucial para guiar las siguientes etapas del proceso.

3. Idear: generar una amplia gama de ideas y posibles soluciones a través de sesiones de brainstorming y técnicas creativas. El objetivo es fomentar la innovación y explorar múltiples enfoques sin restricciones.

4. Prototipar: crear versiones simplificadas y tangibles de las ideas seleccionadas para explorar su viabilidad y funcionalidad. Los prototipos pueden ser físicos, digitales o incluso representaciones conceptuales, y permiten repetir rápidamente sobre las ideas.

5. Testear: probar los prototipos con usuarios reales para obtener feedback y refinar las soluciones. Esta etapa involucra la validación de las ideas y ajustes basados en la retroalimentación para asegurar que las soluciones finales sean efectivas y satisfactorias para los usuarios.

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