Las crecientes demandas sociales hacia la Logopedia no sólo se reflejan en el incremento de puestos de trabajo, sino a través de otros indicadores. Entre ellos, cabe destacar las listas de espera de los servicios hospitalarios de Logopedia, que avalan la insuficiencia de los mismos tanto en referencia a su distribución geográfica como a la alta tasa de demandantes de servicios no atendidos; las demandas en el ámbito educativo sobre la necesidad de una mayor presencia de personal de apoyo, entre los que se encuentran los logopedas; y las demandas de nuevos servicios por parte de otros colectivos. Además, el envejecimiento de la población conlleva una mayor demanda de profesionales de la Logopedia para trabajar en el ámbito de las enfermedades degenerativas, en los centros geriátricos y en otras instituciones para rehabilitar el lenguaje de personas mayores.