Básicas:
Capacidad para alcanzar y comprender conocimientos que aporten una base u oportunidad de ser original en el desarrollo o la aplicación de ideas, a menudo en un contexto de investigación.
Capacidad para aplicar los conocimientos adquiridos y para resolver problemas en entornos nuevos o poco conocidos y en contextos más amplios (o multidisciplinarios) relacionados con el campo de estudio.
Capacidad para integrar conocimientos y para enfrentarse a la complejidad de formular juicios a partir de una información que, siendo incompleta o limitada, incluya
reflexiones sobre las responsabilidades sociales y éticas vinculadas a la aplicación de sus conocimientos y juicios.
Capacidad para comunicar las conclusiones y los conocimientos y las razones últimas que las sustentan a públicos especializados y no especializados de un modo claro y sin ambigüedades.
Habilidades de aprendizaje que permitan continuar estudiando de modo mayoritariamente autodirigido o autónomo.
Generales:
Capacidad para hablar bien en público.
Vocación de servicio público y compromiso ético.
Capacidad para planificar, organizar y gestionar con escasos recursos.
Capacidad para liderar equipos de trabajo.
Específicas:
Conocimiento profundo y capacidad de aplicación del régimen jurídico de los diferentes ámbitos de la gestión jurídico-administrativa.
Comprensión de los retos actuales de las administraciones públicas y del sector público en general.
Capacidad para disponer de los recursos financieros al alcance para satisfacer del mejor modo posible las necesidades de financiación y el cumplimiento de los objetivos establecidos.
Capacidad para identificar las necesidades de recursos humanos en una administración pública u otra organización, así como para aplicar las técnicas y los procedimientos de planificación, selección y perfeccionamiento de personal.
Capacidad para analizar, desarrollar e interpretar el ciclo de formación, implementación y evaluación de las políticas públicas.