El líder que viene

Casi a diario se habla de “la generación mejor formada de la historia", pero ¿qué trae bajo el brazo?
Además de un buen currículum académico, que habitualmente incluye una licenciatura, cursos de formación específica y un nivel intermedio (no nos engañemos) de inglés, a lo que se añaden masters y postgrados, la generación que hoy ronda la treintena posee características específicas que, si bien se salen de la formación reglada, aportan un nuevo valor a la empresa.

Capacidad de adaptación al medio: Si algo caracteriza a estos jóvenes debutantes es la experiencia en materia de cambios. No han conocido el trabajo para toda la vida, ni lo valoran como sus predecesores. La inestabilidad es su medio natural, y en tiempos inestables quizá sean quienes mejor sepan amoldarse a las necesidades cambiantes de la empresa.

Maleta en mano: Haber crecido en la era de los vuelos low cost no sólo sirve para tener una buena colección de fotos. Para ellos, la maleta se hace en media hora, y desplazarse por motivos de trabajo no supone ningún problema.

Internet como ágora: Han estudiado y trabajado con y en la Red. Relacionarse vía e-mail, mantener el contacto a través de redes sociales tanto personales como profesionales, encontrar información útil en tiempo récord… En definitiva, aprovechar con soltura las oportunidades que brindan las TIC, es algo que viene casi “de serie".

Conciencia global: Conocen personalmente gente de los cinco continentes. Han estudiado fuera y saben relacionarse con cualquiera que se ponga por delante. El choque cultural es mínimo, por lejana que sea la cultura con la que toque relacionarse. Todo un valor en alza, cuando las fronteras se difuminan y las relaciones laborales no entienden de mapas. De ellos son las empresas del futuro, en sus manos está la adaptación de las que ya existen a los tiempos.

Sólo hay algo en lo que la nueva generación de trabajadores no ha cambiado respecto a la anterior: las ganas de aprender y triunfar.