¿Por qué estudiamos lo que estudiamos?

"Porque me gusta", "porque quiero dedicarme a esto", "porquetiene buenas salidas profesionales"… Cada estudiante, tantouniversitario como de postgrado, tiene sus razones para estudiarlo que estudia, pero ¿cuál es el mejor criterio?

Es difícil responder a esa pregunta. Quizá sería más útilpreguntarse qué se espera cuando se emprende un programasuperior, tanto si se trata de una carrera como de un master.¿Cuál es mi prioridad?

Tener un conocimiento profundo de un determinado campo, obteneruna formación de carácter general que me abra el mayor número depuertas académicas/profesionales posible, llegar a desempeñar untrabajo reconocido socialmente, desarrollar determinadashabilidades, conseguir un trabajo bien remunerado…

No hay un orden "correcto" de prioridades, salvo el orden quecada uno establece personalmente. La carrera universitaria seelige, por lo general, a una edad temprana. Esa eleccióncondiciona nuestro futuro profesional, pero no lo determina. Unavez finalizada, muchos titulados identifican la necesidad deespecializarse o reorientarse de cara al mercado laboral.

Los masters y postgrados vienen a completar esa formación previa,y generalmente sirven para acercarse desde el ámbito académico ala realidad empresarial y obtener un conocimiento más práctico.Para quienes deciden hacer un postgrado una vez que cuentan conexperiencia profesional, el motivo suele ser práctico: reorientarsu carrera, acceder a un puesto de trabajo mejor u obtener mayorretribución.

En todos los casos, independientemente de la edad o laexperiencia que se tenga, es importante tener claro nuestroobjetivo. La clave del éxito no es dar con la opción "acertada",sino que nuestras razones sean lo suficientemente poderosas paramantener intacta la motivación.